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Si reflexionamos un poco acerca de las acciones de nosotros como individuos, podríamos concluir que en parte no son muy buenas. Por ejemplo, ¿sabías que 8 millones de plásticos fluyen por los océanos cada año? Este daño ambiental es producido por nosotros mismos y lamentablemente es una realidad que no se puede ocultar.
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La pregunta sería: ¿Qué estamos haciendo como individuos para mitigar el daño ambiental que nosotros mismos provocamos? Esta es la pregunta que se han hecho muchos profesionales que quieren hacer del lugar que habitan un mundo mejor. Es por eso que hoy leerás un caso de éxito de personas que desde sus profesiones también aportan su granito de arena para el cuidado del planeta.
Todo empezó cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Purdue que empezaron a indagar acerca de la problemática de los desechos plásticos en los mares y océanos. Algunas de las conclusiones a las cuales llegaron fueron: Cada vez la industria del plástico produce nuevos productos que son consumidos por la comunidad en general, por ejemplo, botellas, bolsas, vasos, platos, pitillos, empaques, etc. Imagina en tu familia todo lo que se consume diariamente fabricado a base de plástico, pero multiplícalo por millones de familias alrededor del mundo.
Y si estás pensando que en tu hogar se recicla, deja que te diga que a otra de las conclusiones a las cuales llegó este grupo de investigadores fue a que en la mayoría de las ocasiones el esfuerzo que hacen las personas por reciclar es en vano ya que debido a las lluvias, el mal manejo de los vertederos de basura, entre otros factores, provocan que a la final, estos residuos plásticos acaben en el mar.
Lo anterior provoca que estos productos plásticos se descompongan debido a las sales del mar y esto es muy negativo porque es en ese momento en el cual se libera una sustancia llamada polietileno, la cual afecta la vida de las especies marinas que allí habitan, ya que son ellos los la consumen.
Es por esto, que Linda Wang, ingeniera química y profesora de la Universidad de Purdue junto a su grupo de investigación empezaron a indagar acerca de métodos de conversión para transformar los residuos plásticos en productos útiles. ¿Quieres saber cómo lo hicieron? Lo que hicieron fue crear una tecnología que tiene la capacidad de convertir más del 90% de los desechos en productos diferentes como lo son: polímeros puros, nafta, combustible limpio y aromáticos. Los resultados de esta investigación han sido muy positivos, por ejemplo, el combustible producido por esta tecnología puede satisfacer hasta el 4% de la demanda anual en un país.
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En conclusión, hoy aprendimos la forma en la cual verdaderos profesionales contribuyen al mejoramiento de su propio entorno. Imagina un mar libre de desechos plásticos, animales marinos sanos y felices y sociedades más conscientes de su impacto en la naturaleza… ¿Te animarías a estudiar una carrera para ayudar a los demás?
